La libertad es a veces algo necesario para la vida en pareja, veamos que aspectos son positivos de la libertad y cuales no.
Es una tendencia que no va sino en aumento el hecho de que cada vez tenemos más divorcios en España . Las personas mayores de 50 son cada vez más propensos a romper uniones de largo tiempo.
Desde la aprobación de la Ley de Divorcio en 1981, más de seiscientas mil parejas se divorciaron en España y, en poco más de 23 años, para la sociedad española la ruptura del matrimonio se habrá vuelto algo totalmente normal
Dicho de otro modo: en España se producen un total de 141.817 divorcios cada año; esto es, por cada cuatro bodas que se realizan en España se divorcian tres. Se produce un divorcio cada 3,7 minutos, es decir 16 cada hora y 386 divorcios al día.
Según expertos en el tema, esto sucede pore las exigencias que hoy día tiene la pareja en la relación, como la pérdida de valores religiosos y morales, la incorporación de la mujer al trabajo y la falta de colaboración de los hombres en las áreas domésticas. Sea como fuere, el número de divorciados en nuestro país ha aumentado a un ritmo escandalosamente exponencial.
¿Hasta que la muerte nos separe?
Son muchos los motivos que conducen a una pareja a dar por finalizada una unión que consideraban antaño de por vida. Pero, a grandes rasgos, según diversos estudios pueden citarse, como factores principales:
– La infidelidad: es la causa principal de divorcio, y por la que más número de matrimonios se rompen. Efectivamente, la conciencia de traición y la falta de lealtad resulta muy difícil de superar, aún más de perdonar, y prácticamente imposible de olvidar
– La inmadurez: es éste el factor aludido por aquellos que decidieron unirse en matrimonio siendo demasiado jóvenes. Pronto descubren que no están preparados para afrontar la responsabilidad que implica un proyecto común con la pareja.
– La falta de comunicación: hablando se entiende la gente, y especialmente la pareja. Sin empatía comunicativa, difícilmente puede erigirse una buena relación. La ausencia de comunicación habitualmente conduce a la desconfianza, y ésta puede llevar al traste la más sólida de las parejas.
– La Incompatibilidad: es común creer que el matrimonio resolverá las diferencias existentes ya en el noviazgo. Craso error. De ahí, por cierto, la practicidad de los test de compatibilidad hoy en día disponibles, pues ayudan a dar con la pareja ideal y más conveniente.
– El fracaso de las expectativas: al igual que con la incompatibilidad subestimada, a menudo se crean expectativas e ideales sobre la pareja demasiado elevadas, que al no cumplirse tras el matrimonio conducen sin remedio al fracaso y a la frustración, pues tales expectativas nos permiten conocer si se trata o no de la pareja ideal.
Trabajar la pareja para evitar el divorcio
Las cifras revelan que el 52 % de los matrimonios no alcanza los diez años de duración. Cada día vemos con mayor frecuencia que las parejas jóvenes se separan o se dan una tregua para terminar cada uno por su lado, ante el horror e incomprensión de nuestros mayores, que recuerdan como en sus tiempos «esto no pasaba».
Probablemente, no se trate tanto de que «ahora la gente no aguanta», como suelen afirmar, pues no hay que soportar situaciones que nos hagan infelices, pero sí puede que nos tomemos más a la ligera la responsabilidad que conlleva el matrimonio.
Con frecuencia, son los hijos son los que más sufren en la situación, una vez sus padres divorciados. De ahí que sea tan importante trabajar en la pareja durante la etapa del noviazgo, para que posteriormente realmente valga la pena esforzarse y luchar por conservar la familia.