Todo empezó enviando un mensaje a Cristina censurándole lo escueto que era su perfil, lo que hizo que se molestara muchísimo, contestándome casi al instante de recibirlo reprochándome esa observación. A partir de ahí, empezó una aventura magnífica, intercambiamos teléfonos que fueron seguidos de largas charlar nocturnas, puesto que Cristina es de Madrid y yo de Sevilla, hasta que por fin decidimos conocernos en persona. Hace unos meses emprendí mi primer viaje para vernos, acompañado de una rosa y hacia una provincia que prácticamente desconocía en ese momento.
Cuando la ví por primera vez me sorprendí, puesto que las fotos de su perfil no le hacían justicia desde mi punto de vista. Creo que me enamoré sólo al verla de lejos. Estaba guapísima con sus vaqueros rotos, su jersey negro y su pañuelo azul.
Aquel día fue como un sueño pues todo lo que podía imaginar en mi mente sobre la mujer ideal ella lo poseía.
Creo que me enamoré sólo al verla de lejos.
Desde aquella primera cita nos fuimos viendo con regularidad y en verano pasamos nuestras primeras vacaciones juntos, conocimos a nuestras respectivas familias y nos sentimos muy felices de poder compartir nuestra histioria.
Desde entonces nos vemos todos los fines de semana y puedo asegurar que es una fiesta cada encuentro y cada día que pasamos juntos.
En la distancia te das cuenta que si hay amor, cariño y comprensión, no es en absoluto un problema para nosotros.
Después de tantos años gracias a ustedes he descubierto el verdadero amor.