El nacimiento del primer hijo es un momento especial, que esperamos con mucha felicidad. Pero también nos preguntamos si lo sabremos hacer bien.
¿Tiene un hijo adolescente en plena fase de rebeldía? ¿Le monta una escenita cada vez que no le deja poner la música a todo volumen, ir a un concierto de Justin Bieber, o salir hasta tarde?
¿Afecta su comportamiento a la estabilidad familiar? Le damos cinco consejos para saber lidiar con sus hijos en la adolescencia, unos años claves en su desarrollo.
La pubertad, que tiene lugar entre los 12 y 19 años (a veces más), es una fase de madurez sexual y del desarrollo físico y psicológico. Estamos ante el paso de niño a hombre, o de niña a mujer. Esta fase es inevitable y es básica para sus relaciones sociales y su desarrollo.
1. Discusiones: descubra la razón de fondo
Si su hijo le pide un móvil no es porque sienta la necesidad de tener un móvil, seguramente es porque todos sus amigos lo tienen, y no quiere ser diferente. Usted conoce a su hijo mejor que nadie y ve cuales son las razones de su cólera, así que intente primero descubrir la razón principal. En esta edad es muy común equivocarse y traspasar los límites, no se alarme si su hijo le insulta, le grita, o le parece un desconocido. Se le pasará. No le haga caso de primeras, no le dé demasiada importancia, si consigue lo que quiere a gritos o de malas maneras, lo hará siempre.
2. La conjura de los padres
En la adolescencia, es importante que nuestro hijo tenga un grupo de amigos, y para mantenerlos, a veces creen que necesitan ser todos iguales, y le pedirán lo que tienen los otros: ropa de marca, salir hasta tarde, un smartphone, una televisión en la habitación… hable con los padres de sus amigos, si todos llevan a cabo una “política” de consumo similar, minimizarán los problemas.
De todos modos, su hijo tendrá que aceptar que no todos tienen por qué ser iguales en su grupo de amigos, explíquele razonablemente por qué no se puede gastar 60 euros en un concierto o por qué no tiene edad para volver a las 2 de la mañana. Explíquele que ser diferente es una virtud. Aunque haya otros padres que lo permitan, y que críen a sus hijos entre algodones, usted hace bien en negarle ciertos detalles superfluos. Además, a la tercera ya no insistirá, porque sabe que la respuesta es no. Esto no quiere decir que tenga encarcelado a su hijo, dele cierta libertad, todos aprendemos equivocándonos.
3. Controle la rebeldía
Cuando su hijo le desafía, le grita, o le planta cara, no reaccione violentamente. Dele ejemplo. Aunque a veces quisiera estrangularle, es mejor que se lo piense dos veces antes de hacer algo de lo que se pueda arrepentir. Si no presta atención a sus salidas de tono, su hijo o hija aprenderá que ese no es el camino ni la forma de hablar las cosas. Una vez que haya pasado la tormenta, hable con él, con calma. Lo más importante: argumente y debata con sus hijos. Cada uno tiene derecho a mostrar sus puntos de vista. Y no olvide demostrarle que le quiere, y que no le tiene rencor por muy mal que se comporte.
Cuantos menos secretos tengan, mejor. Esto funciona en ambas direcciones, ni él con usted ni usted con él. A veces cuesta un poco entrar en el universo de un adolescente, pero si usted le cuenta alguna confidencia de su juventud, algo que le prohibieron sus padres, puede que encuentre una puerta a su mundo. Esfuércese por comprender a su hijo, y acuérdese de cuando usted estaba en la edad del pavo.
4. Deje claras unas normas básicas y sea constante
No perder la paciencia es una de las claves de poder lidiar con estas fases de nuestros hijos. A pesar de la rabia que pueda tener en un momento, hay reglas que deben mantenerse. Por ejemplo: nadie puede pegar, escupir o insultar. Si deja algunas reglas claras, y lo habla con sus hijos, puede que evite disgustos y les ayude a estar más seguros consigo mismos. Un adolescente seguro no es tan influenciable y no tiene tantos “pájaros en la cabeza”.
5. No seamos trágicos, todos hemos sobrevivido a la adolescencia
También hay adolescentes más tranquilos, que no pasan estas rachas de “locura”. En la pubertad maduran nuestro cuerpo y nuestra mente. Y por si fuera poco, descubrimos la sexualidad; es normal que cualquiera tenga momentos de confusión. Dentro de lo posible, apóyele y edúquele en los valores morales y no materiales. Él mismo se dará cuenta con el tiempo de que usted tenía sus razones. Todos hemos pasado por la adolescencia y hemos sobrevivido. Aunque algunos adolescentes lo ven todo muy trágico, en su mano está quitarle hierro al asunto.
Por supuesto, no es fácil superar estas fase, incluso a veces nuestros propios hijos parece que nos odian, y sueltan alguna frase demoledora que nos hace daño a nosotros o a nuestra pareja. No lo tenga en cuenta. Lo mejor es que usted intente mantener la paz, huir de los conflictos, y ser el ejemplo a seguir. Y no olvide, lo mejor de la adolescencia, es que se pasa.
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